Sunday, April 02, 2006
Una última oportunidad...

Hay algo que siempre he dicho: no hay día en que no me sorprenda de la belleza de nuestro planeta. Veo los árboles contra la luna, aves volando contra el sol en los atardeceres, volcanes activos haciendo pirotecnia durante las noches alumbrando de forma espectacular los cielos, y para qué nombrar a mis favoritos, los animales. Desde la ballena azul hasta el oso de agua, pasando por aves que pueden descender a más de 150 kilómetros por hora, enormes cocodrilos, pequeños armadillos, y un sin número de criaturas de todas formas y colores, que conforman un equilibrio absolutamente perfecto que es para mi, el mejor indicio que tiene que existir un ente creador de todo lo que nos rodea.

Pero también hay otra criatura, mucho más débil que cualquiera que camine por sobre la tierra, con una vista pobre, un olfato bastante deficiente y un oído que no salva a nadie. Pero que fue dotada con lo que se supone, es la que la hizo la especie dominante del planeta: la inteligencia.

Esta especie, el humano, empezó a desarrollar habilidades que les eran necesarias para protegerse del entorno hostil que los rodeaba: primero se conformaron en grupos, luego desarrollaron tecnología para ayudarlos en la caza, después la capacidad de cultivar la tierra, y así se fueron desarrollando y multiplicando por generación en generación, hasta llegar a hoy, donde se fabrican procesadores de información cada vez más rápidos, la salud ha llegado al punto de poder clonar a un humano para “cambiarle sus piezas defectuosas”; ya conociendo casi todo en la tierra, pasaron a estudiar las estrellas y el espacio, buscar nuevos mundos y nuevas aventuras. Generó sistemas de intercambio avanzado y una capacidad de comunicación que les da la posibilidad de intercambiar ideas a miles de kilómetros de distancia, y para qué hablar del desarrollo de capacidades artísticas, como el baile, la pintura y la música. Si hemos crecido muchísimo desde nuestros inicios, ¿pero cuál ha sido el costo para el planeta que nos acoge y nos da la posibilidad de seguir vivos?

Según un informe de la Millenium Ecosystem Assessment, creada en 2001 por el Secretario General de la Onu, Kofi Annan, y que contó con la participación de una serie de importantes instituciones internacionales especializadas en el tema, para analizar en 95 países las consecuencias de la actuación del hombre en el planeta; estamos matando el planeta. De hecho las cuatro conclusiones generales del informe fueron las siguientes:

  1. En los últimos 50 años, los seres humanos han transformado los ecosistemas más rápida y extensamente que en ningún otro período de tiempo comparable de la historia humana, en gran parte para resolver rápidamente las demandas crecientes de alimento, agua dulce, madera, fibra y combustible. Esto ha generado una pérdida considerable y en gran medida irreversible de la diversidad de la vida sobre la Tierra.
  2. Los cambios realizados en los ecosistemas han contribuido a obtener considerables beneficios netos en el bienestar humano y el desarrollo económico (como la de cereales, carne, pescados de piscifactorías, etc.), pero estos beneficios se han obtenido con crecientes costos consistentes en la degradación de muchos servicios de los ecosistemas, un mayor riesgo de cambios no lineales, y la acentuación de la pobreza de algunos grupos de personas. Estos problemas, si no se los aborda, harán disminuir considerablemente los beneficios que las generaciones venideras obtengan de los ecosistemas. Es el caso de la pesca de captura y del agua dulce, una pérdida que no sólo afecta a nuestra época sino que, sobre todo, disminuirá significativamente los recursos venideros.
  3. La degradación de los servicios de los ecosistemas podría empeorar considerablemente durante la primera mitad del presente siglo y ser un obstáculo para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
  4. El desafío de revertir la degradación de los ecosistemas y al mismo tiempo satisfacer las mayores demandas de sus servicios puede ser parcialmente resuelto en algunos de los escenarios considerados por la Evaluación, pero ello requiere que se introduzcan cambios significativos en las políticas, instituciones y prácticas, cambios que actualmente no están en marcha. Existen muchas opciones para conservar o fortalecer servicios específicos de los ecosistemas de forma que se reduzcan las elecciones negativas que nos veamos obligados a hacer o que se ofrezcan sinergias positivas con otros servicios de los ecosistemas.

El último punto del informe es alentador, pero a simple vista se nota que nadie quiere hacer algo para solucionar esto. Las grandes compañías multinacionales siguen degradando el suelo y el aire del planeta a cambio de un progreso netamente económico y los gobiernos siguen apoyando esta práctica. De hecho no hay que ver detrás de la cordillera para darnos cuenta como esto se está dando: el ex presidente Eduardo Frei dio luz verde a dos proyectos que, en el caso de la papelera en un Parque Nacional, comprometió la vida de decenas de cisnes que tenían el lugar como hábitat. El segundo es el polémico proyecto Pascua Lama, de la corporación minera más grande del mundo: Barrick Gold, en el cuál se pretendía mover dos glaciares (Toro 1 y Toro 2) para remover el material, sin contar con que las explosiones iban a debilitar el precario entorno existente, y si a eso le sumamos que la acumulación de polvo que ocurrirá por la remoción de tierra, terminará tapando algunos hielos, haciendo el proceso de derretimiento una realidad.

Pero no nos podemos quedar sólo con estos antecedentes. Un informe de proyección de la economía mundial realizado por el Earth Policy Institute, devela que el estilo de vida occidental es absolutamente inviable a escala planetaria. El caso más evidente es el de China, donde de seguir a su ritmo actual de tasa de crecimiento, llegará a tener para el año 2031 una renta promedio per cápita de 38000 dólares. ¿Qué significaría esto?, que no existen recursos suficientes para paliar la demanda de productos esenciales como la energía, alimentos del campo o papel, por lo que una catástrofe ecológica sería inevitable.

El mismo estudio señala que el modelo capitalista hoy imperante, es absolutamente incompatible con la vida sobre la tierra: imagínense se siguiera en China el modelo de vida norteamericano, donde hay tres autos por cada persona, un excesivo consumo de carne, duchas con agua potable todos los días. El consumo de barriles de petróleo al día sería de 99 millones, comparado con los 79 millones que se producen a diario en el planeta. En lo que se refiere al sector agroalimentario, el consumo de cereales por persona pasaría de los 291 kilos anuales a los 935 kilos. Los chinos comerían en 2031, 181 millones de toneladas anuales, frente a los 64 millones actuales. Para ese año, lo chinos consumirían además 1.352 millones de toneladas de grano anuales, frente a los 382 millones de toneladas que consumieron en 2004.

Pero no es China lo que causaría esta posible, y cada vez más evidente catástrofe, sino que nuestro modo de vida actual. Donde se encuentra una necesidad tener un automóvil por persona en la casa, donde seguimos comprando productos hechos de materiales, que la tierra demora miles de años en degradar, donde encontramos cada vez más lógico destruir bosques y selvas para el consumo agrícola, donde matar a las focas a palos por sus pieles pasa a ser algo aprobado por el gobierno de Canadá, y donde ya la eliminación del tigre del parque más grande para su protección de India es un hecho, y todo para satisfacer las comodidades estéticas de personas en el Himalaya.

Claramente la Tierra hace lo que puede para defenderse de nosotros. Hay animales que han cambiado, contra toda teoría evolutiva, en menos de 60 años; la exterminación de bosques está generando varios tipos de enfermedades para las personas que viven en los lugares cercanos a la deforestación; los mosquitos criados por las acumulaciones de agua portan enfermedades cada vez más complejas; y así un sin numero de situaciones más, en que el planeta hace lo que puede por deshacerse de nosotros.

¿Lo tenemos merecido?, claramente. Pero tenemos una última oportunidad de cambiar nuestra forma de pensar, nuestro entorno, nuestra vida. Si alcanzamos el cambio, es probable que esta especie débil e insignificante pueda prevalecer, sino, el destino que nos depara el desgaste que estamos ocasionando es que, eventualmente, agotaremos los recursos naturales, y la vida del planeta se extinguirá, mucho más a corto que a largo plazo. Tenemos una última oportunidad, y los invito a todos a tomarla.

 
Craneado por Rupert a las 11:37 PM | Permalink |


4 Comentarios:


A las 8:02 AM, Blogger And then there was silence...

We have so le time, to undone this crime, or we'll loose our paradise!!
Creo que deberias consolidarte como blog de crítica social, te queda bien. Francamente yo no soy muy optimista con respecto de una política masiva y mundial para arreglar esto. Creo que el mundos e rige por parámetros que van precisamente en contra de la naturaleza. Lo que hay que hacer ahora es ayudar a que lo poco natural que nos queda no desdaparezca del todo.
Saludos

 

A las 12:58 PM, Blogger Norberto Portugheiz

Hola !
Pareciera que como dices "la Tierra hace lo que puede para defenderse de nosotros"...
Escribo en mis blogs sobre las focas, en estos dias,ecologia,humanismo y literatura. Si quieres estas invitado a leer algo y comentar. Gracias. Saludos, Norberto

 

A las 6:49 PM, Blogger Unknown

Una lata lo que expones, como que de verdad nos estamos yendo al carajo.

Igual aun le tengo esperanzas a la raza humana, dentro de todo, tan weones no podemos ser... creo.

Sobre la sobrepoblacion mundial, deja, Bush puede encargarse de ella (mal que mal la guerra siempre ha sido una forma no declarada de control de población, eso ultimo era en serio).

Saludos abraza arboles y besa conejos, aunq fuera de burlas, todos tenemos algo de eso.

PD: Igual mantengo mi teoria que los Tsunamis y Terremotos son advertencias de un mundo que nos quiere mandar a joder a otro lado.

 

A las 4:29 PM, Blogger Gabriela Monroy Calva

Acepto tu invitación y propongo una solución que está al alcance de todooooooossssss. Mira hace años participé un en concurso sobre conservación del patrimonio natural y estoy convencida - desde entonces- que es mucho más sencillo si colectivos de personas cuidan desde los árboles de las aceras, hasta los bosques que le rodean o los desiertos o los mares.
Son los lugareños de cada territorio, urbano o rural los que podemos y realmente podemos conservar la vida.
Un abrazo desde México y no claudiques ( por cierto, soy una mujer mayor de 49 años y cuando tenía tu edad, me decían que se "me quitaría con el tiempo" y me cuidé de que no pudieran...Sigue siendo igual, porfavor)
Desde México-Tenochtitlan.